La Gobernación del Atlántico y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas elogiaron el desempeño de la intervención que desarrolló el equipo de control y seguimiento conformado por el grupo de investigación Óptima de la Universidad Autónoma del Caribe, para apoyar la caracterización del proyecto para “Fortalecer y potencializar las capacidades productivas de la población víctima del desplazamiento forzado del Departamento del Atlántico en el marco de la Ley 1448”.

Inicialmente se proyectaron seis modelos de unidades productivas en un conjunto de 810 familias que agrupa a 3770 personas en los Municipios de Galapa, Ponedera, Malambo, Piojó, Sabanagrande, Santo Tomás, Soledad, Tubará, Baranoa, Usiacurí y Suan.

Este punto de partida no contemplaba la forma de ingresos actual de la población, lo que hacía posible que los modelos no cumplieran sus necesidades.

En la búsqueda de antecedentes para el diseño del proyecto no se encontraron casos de estrategias similares que orientaran sobre cómo lograr que el mismo fuera a la medida de las necesidades de este tipo de población, por lo que el resultado fue un claro y efectivo ejemplo de innovación social que se puede replicar en otro tipo de poblaciones complejas.

El proceso de caracterización que se desarrolló contó con el apoyo de alumnos de la Facultad de Ingeniería, que desarrollaron una red Lan y un software que permitió en forma muy ágil caracterizar y documentar todos los aspectos del goce efectivo de derechos de la población atendida.

El rector de Uniautónoma, Ramsés Vargas Lamadrid, resaltó la dedicación y compromiso de las personas involucradas en el proyecto y valoró la importancia que tienen los sistemas de información en la toma de decisiones de orden social.

“La ingeniería no debe estar enfocada al desarrollo de la tecnología por el simple objetivo de desarrollarla, sino a las necesidades de nuestra población, sobre todo la más vulnerable. Con resultados tan efectivos como los alcanzados con Atlántico Forte, gracias al apoyo de la Facultad de Ingeniería y del programa de Ingeniería Industrial, se evidencia que el gasto en el desarrollo de la ciencia solo se justifica si existe un fin social que transforme una realidad en forma radical y que contribuya a mejorar la calidad de vida”, señaló.

La Autónoma del Caribe logró integrar colaboraciones multidisciplinarias, ya que en los componentes del proyecto de derechos humanos, emprendimiento y enfoque de género, se contó con la colaboración y articulación de más de tres facultades de la universidad, cuatro programas de pregrado y uno de posgrado, con la participación de 15 profesores y 120 alumnos.